Cierro los ojos.
Respiro, huelo, siento, pienso, veo, olvido, recuerdo.... De pronto me encuentro.
A veces olvido que existo, y en consecuencia me pierdo.
No se lo que pienso, que siento, que quiero, que anhelo, que busco,...
No se quien soy, a donde voy, con quien voy...
Me siento atrapada en una espiral caótica, donde el principio se pierde en su final, y de nuevo todo vuelve a empezar.
Cierro los ojos, me escucho y descubro que en ocasiones sólo me hace falta el silencio.
Tan sólo un pequeño espacio en el tiempo, algo apenas perceptible para el mundo y sin embargo un gran impulso de aire fresco.